Foto: cortesia MEF-Peru
Por el Dr. Nelson Díaz Pomar,
No hay otra forma para salir del sub-desarrollo
Tenemos el ejemplo de la empresa norteamericana Apple, que obtuvo el año pasado una utilidad de más de 187 mil millones de dólares, suma que es varias veces superior a los presupuestos de la mayoría de los países de América Latina, que tienen a su cargo varios millones de habitantes.
La gran mayoría de países de América Latina se encuentran en vías de desarrollo a pesar de contar con enormes y diversas riquezas naturales. Lo que sucede es que carecen de estudios serios y de una planificación técnica moderna para lograr un desarrollo Industrial integral, y de sistemas atractivos de incentivos tributarios para atraer inversiones nacionales y extranjeras en los sectores más importantes de la producción. La alta tecnología, la fabricación de diversos productos de consumo masivo, el desarrollo de la agro-Industria y metal-mecánica; así mismo la tecnificación, modernización, e industrialización de la pesquería, y el desarrollo del turismo se lograra si se generaran muchos trabajos bien remunerados incrementando la riqueza y bienestar de la población. De esta manera se fortalecería la economía de los países más pobres y se podría modernizar sus sistemas educativos, sanitarios, y de seguridad ciudadana.
Mil toneladas de minerales o de productos agrícolas valen mucho menos que un producto tecnológico o industrializado
Los países que solo exportan productos naturales o materias primas en general, así como productos agrícolas no salen de la pobreza, porque tienen poco valor. Mientras que los países desarrollados que se han industrializado obtienen un alto rendimiento económico, que les permite pagar altos salarios y contribuir al desarrollo del país.
Tenemos el ejemplo de la empresa norteamericana Apple, que obtuvo el año pasado una utilidad de más de 187 mil millones de dólares, suma que es varias veces superior a los presupuestos de la mayoría de los países de América Latina, que tienen a su cargo varios millones de habitantes.
Los países del Este Asiático, entre los que destacan Corea del Sur y Vietnam son los mejores modelos a imitar, ya que hacen menos de cinco décadas estaban en un lamentable estado de sub-desarrollo, con una población en la mayor pobreza, desocupación y criminalidad. Hoy gracias a la industrialización, no obstante que importan materias primas, han alcanzado un gran desarrollo, y gozan de altos estándar de vida y de gran progreso. La pobreza y la criminalidad han descendido dramáticamente.
Carencia de liderazgo e incompetencia de los gobernantes
Por falta de liderazgo, de visión y por la incompetencia de los gobernantes la mayoría de países sub-desarrollados continúan con varios siglos de atraso en relación al desarrollo alcanzado por los países altamente industrializados del mundo. En nuestros países se sigue planificando el desarrollo de la industria en forma manual o artesanal como si estuviéramos en el siglo 18.
El gran desarrollo industrial y tecnológico de los Estados Unidos de América y de los principales países de Europa y Asia, no han influido ni mínimamente en nuestros países. Se nos paso la Gran Revolución Industrial, la era de la maquina a vapor, luego la del petróleo, la electricidad y de la energía nuclear. También nos sobrepaso la era de la gran tecnología cibernética, la computación, las telecomunicaciones, la era espacial, la satelital, la era de la robótica, y ahora la era de la Nanotecnología. Nos quedamos rezagados.
Continuamos vergonzosamente en el sub-desarrollo
El mundo está avanzando y progresando rápidamente en este siglo 21 y seguimos vergonzosamente considerados países sub-desarrollados, donde todavía no avanzamos hacia la modernidad para superar el estancamiento económico e industrial que mantiene a la mayoría de nuestra población en la pobreza. Carecemos de eficientes y económicas infraestructuras para el transporte masivos de pasajeros y carga de rápido desplazamiento como son los llamados trenes bala. También carecemos de un desarrollo tecnológico en los sistemas de higiene, salud, seguridad y una educación pública con escuelas y universidades modernas, eficientes, y bien equipadas con profesores con buenos salarios y capacitados.
Se hace imperioso un cambio en el rumbo de nuestra historia, si seguimos haciendo lo mismo, los resultados serán iguales, Hay que iniciar la gran transformación educativa, social, política y económica inspirándonos en sistemas científicos y tecnológicos de este siglo 21.